• 18 de septiembre de 2024

27 de Julio una fecha escrita con sangre obrera 

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27 de julio de 1920 el asalto y posterior incendio al local de la Federación Obrera de Magallanes, propiedad que se ubicaba en calle Errázuriz entre Avenida España y Armando Sanhueza, es junto a los sucesos de enero de 1919 en Puerto Natales, en la denominada Rebelión de los Tirapiedras y la Gran Huelga de 1920 en la Patagonia Argentina conocida como la Patagonia rebelde, son los actos más expresivos de sublevación y resistencia organizada del mundo del trabajo, ante el salvaje atropello a sus derechos, que perpetraron las instituciones armadas de Chile y Argentina, patrocinados por el poder político con demarcada influencia de los grupos económicos y oligárquicos de ambos países.

Si bien es cierto que epopeyas similares se vivieron en nuestro país en distintas regiones, quiero enfatizar en lo expuesto anteriormente, porque ellas fueron influyentes en el carácter combativo y organizado de la clase trabajadora patagónica.

Un factor decisivo siempre tuvo que ver con la llegada vía Estrecho de Magallanes de migrantes europeos, quienes llegaron a estas tierras a  principios de 1900, desde un continente que bullía de literatura y actividades en torno a la emancipación de los trabajadores en muchos países de Europa, se extendía como reguero de pólvora, los manuscritos de Carlos Marx  y demás filósofos y políticos que orientaban a esa máxima que decía “La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores”, o  “La libertad es siempre libertad para el que piensa diferente” de Rosa Luxemburgo.

Los sobrevivientes de aquellos acontecimientos, no se amilanaron ante tanta muerte y persecución, por el contrario, fueron los maestros de las nuevas generaciones, un ejemplo de ello es Ulises Gallardo que fue fondeado en el estrecho de Magallanes por las guardias blancas (lo que sería la DINA o la CNI para los de memoria más cercana), Ulises que sobrevivió a su intento de asesinato, pudo continuar su trabajo sindical después de algunos años en Puerto Natales, organizando y educando en el Teatro Libertad que pertenecía al Sindicato de Campo y Frigorífico, también se encuentran registros de su aporte organizativo en el primer libro de actas en la fundación del Partido Socialista de Puerto Natales en 1932, donde Ulises Gallardo es su Secretario.

Si  hablamos del Teatro Libertad de Puerto Natales y que lamentablemente no fuimos capaces de preservar como un edificio patrimonial, debemos decir que uno de sus administradores por casi 10 años fue otro coloso del movimiento obrero, Antonio Soto Canalejo, “El Gallego Soto”, que después de la última asamblea de la huelga que se realizara en la Estancia Anita y donde una mayoría decide no seguir resistiendo y accede a parlamentar con el Ejército Argentino, allí Soto lanza su famosa frase premonitoria de lo que vendría “yo no soy carne para perros” y toma la determinación junto a un grupo que lo secunda de cruzar la frontera para ponerse a resguardo de sus captores, lamentablemente de parlamentar o dialogar nada, todavía no hay hasta ahora una cifra exacta de los fusilados en Estancia Anita, solo el tiempo y el viento patagónico después de años pudo desenterrar las fosas comunes de los fusilados, se estima que en ese gran movimiento obrero fusilaron entre 1.600 a 2.000 trabajadores Argentinos, Chilenos y Europeos.

La extraordinaria figura de Soto Canalejo, solo pudo conocerse cuando Osvaldo Bayer escribió La Patagonia Rebelde y en los 70 cuando se estrenó la película con el mismo nombre, increíble por que el gallego vivió sus últimos años en Punta Arenas y mantuvo un restaurant llamado El Oquendo en calle Nogueira, que era muy concurrido por políticos; escritores y artistas de esa época fines de los 50 y principios de los 60, un reducido grupo de amigos/as sabían la magnitud e importancia histórica del personaje, propietario de ese restaurant.

La idea primigenia de este artículo, pretende entender, porqué, los magallánicos y magallánicas tenemos un espíritu muy definido de lucha contra las injusticias, justamente porque existen estos hitos históricos, que nos han moldeado para ser lo que somos, una tierra que ha generado también excelsos escritores/as y habitantes ávidos de buenas lecturas, no es casualidad que hasta mediados de los setentas las bibliotecas que existían en las grandes estancias como Cerro Castillo, Cerro Guido, Cameron, Laguna Blanca, etc. eran prodigas en cantidad y calidad de libros, eso permitió que su clase  obrera fuera siempre de un alto nivel intelectual y político, de esa clase dirigente nacieron a la vida política grandes dirigentes políticos e incluso parlamentarios, como es el caso de Juan Efrain Ojeda y Alfredo Hernández.

Por eso, precisamente, es que ni la dictadura con su historia de persecución y muerte pudo doblegar a los dirigentes sindicales, un dato relevante que entregan los informes Rettig y Valech es que el 70% de los ejecutados, torturados y exiliados eran dirigentes sindicales, por eso esta fecha que recuerda lo ocurrido en la FOM sirve también para recordar el pasado reciente y dejar un espacio de homenaje a hombres y mujeres de Magallanes como Jose Donoso Hueicha en el Sindicato de la Construcción, a Jose Ruiz Di Giorgio, Abdón Hernandez, Antonio Mimica, Clemente Gálvez y Moisés Ojeda por el petróleo, Humberto Aguila, Eleonor Montaña, Julio Pedrol, Ricardo Barrientos, por los profesores; Adriana Soto y Carlos Smok por el colegio médico, no es posible dejar de mencionar a dirigentes poblacionales como Ramon Gómez, Ema Coñué y Edmundo Cárcamo y, también, a Felisa Pérez del comercio detallista, Ángel Puratic de la Asociación de Industriales y Romedil Bitterlich al frente de los pensionados.

Todos y todas fueron el reflejo de lo que fue y será la historia de nuestra región, hoy cuando se impone el individualismo por sobre el trabajo colectivo, enviamos desde esta tribuna un saludo de aliento y apoyo hacia los que aún son capaces de ponerse al frente de sus compañeros, liderando sindicatos y federaciones y decirles que lo que fue represión en tiempos pretéritos, hoy  la persecución para los que se atreven sigue siendo pan de cada día, porque una vez que termina el fuero sindical lo más seguro es que buscaran mil artimañas para terminar con la vida laboral del dirigente y  se le cerraran las puertas debido a su reconocida labor sindical, porque los poderosos del capital siempre actualizan las maneras de coartar la organización de los trabajadores, pero si de algo estamos seguros, y es que siempre estarán los porfiados, los valientes, los perseguidos que aúnque apresados, torturados y asesinados nunca, nunca nos verán derrotados.

Por último, sólo me queda invitarlos a seguir porfiadamente construyendo unidad y hacer carne esta máxima que nos dejó un gran pensador latinoamericano.

“Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse”.

Por: Jaime Bustamante H.

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