La Renga en Calafate, el triunfo del rock

El rock and roll no morirá jamás. Neil Young.
Durante meses los seguidores de La Renga esperaban con ansiedad que regresaran a la Patagonia y eso se concretó el día sábado 22 de marzo, el otoño trajo a tan destacada banda a la tierra de los glaciares, las expectativas eran altas porque tocaban por primera vez en la localidad del Calafate, durante esa jornada la ciudad se convirtió en la capital del rock, las calles estaban llenas de turistas con poleras con logos de la banda y también de otros grupos, los canticos, las banderas, los trapos, decoraban y le daban una especie de magia al lugar.
La tarde estaba agradable, eso hacía presagiar que la noche estaría fabulosa, para muchas personas era algo histórica aquella cita, desde varios puntos de Argentina y de la Patagonia llegaron a presenciar el banquete que ofrecería el grupo.
La última vez que tocó en Patagonia fue hace 16 años en Río Gallegos, las viejas y nuevas generaciones se movilizaron para poder asistir a tan magno evento que se realizaría en Calafate.
La gira que los traía se denominaba “Totalmente poseídos” y de una u otra manera era sugerente aquel título que logró poseer a los asistentes aquella noche a fuerza de rock.
Fueron cerca de dos horas y media donde tocaron 31 temas de su extensa discografía, donde se escucharon himnos clásicos (“A la carga mi rocanrol”, “Hiela sangre”, “El baldio”, “El rebelde”, entre otros) y también nuevas composiciones de la banda, cerraron con “Hablando de la libertad”.
La agrupación que abrió los fuegos de aquella memorable noche fue la banda local “El Pueblito” un potente power trio que no dejó a nadie indiferente, su propuesta era un rock duro con matices que nos entrega la Patagonia, el grupo es bastante interesante.
Cerca de 18.000 personas asistieron a una jornada inolvidable donde el rock fue un detonante en días muy duros y que logró alegrar a los asistentes al lugar.
La pasión del público que con sus canticos y sus banderas era transmitida a la multitud, la emoción inundaba el recinto, eso era evidente, algo había cambiado en la gente, sus corazones y su alma brillaban, mientras la música nos invitaba a ser más humanos, mas hermanos.
Sin lugar a dudas, el evento fue una cita histórica donde el rock triunfó en medio de la Patagonia y llenó de alegría a los asistentes al banquete.
Por: Juan Salvador Miranda V.