• 28 de abril de 2024

A propósito de Matthei y los niños bien

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La prensa nacional se ha encargado de difundir con mucha relevancia las opiniones de la candidata de la derecha Evelyn Matthei, respecto de la influencia gravitante en el gobierno de los “niños bien”, para los que no lo saben, dícese de aquel joven nacido en una familia de cuantiosos recursos económicos, que le han permitido estudiar en colegios con buena educación y, por sobre todo, mejores contactos en el futuro y por supuesto niveles culturales y sociales, ya sea por su acceso o viajes por el mundo que no cabe ninguna duda son muy beneficiosos.

La respuesta fue inmediata, como si fuera casi una tesis de profunda elaboración teórica de parte de la candidata, que decir las comparaciones tan odiosas, por cierto, como las edades, posición social y económica de nuestros próceres de la independencia o de los jóvenes idealistas del MIR como los llamaba Allende, vaya comparaciones dirán ustedes, bueno yo también.

Tuve la intuición y decisión de incorporarme con todas mis fuerzas a la primera campaña diputacional de nuestro actual Presidente y de la cual no me arrepiento, junto conmigo un sinnúmero de compañeros y compañeras que volvíamos por nuestros sueños revolucionarios ochenteros y pudimos conversar y por supuesto discutir, como no, somos de izquierda, si nosotros no discutimos quien más podría hacerlo, con estos “Niños/as Bien” así está mejor porque claro que había muchas niñas también, que viajaban en especial los fines de semana a nuestra región a la campaña.

Varios de ellos/as hoy ocupan cargos en el gobierno y uno que otro Parlamentario/a, fue muy gratificante para nosotros/as saber que se podía retrotraer la historia y desde Magallanes empujar un cambio en la política con esta mezcla de viejos y nuevos jóvenes idealistas.

Esa, creo aún, era la mixtura perfecta para este gran desafío histórico, pero como las cosas requieren también errores, al poco andar muchos/as nos dimos cuenta, que no estábamos incluidos en un proyecto común y a nuestros/as compañeros/as de ruta, se los comió la pereza y las formas de hacer política de la cual éramos tan repulsivos.

Al devenir de los acontecimientos político electorales, otra vez asoma la posibilidad de tomar el cielo por asalto, gran frase Homérica usada en la toma de La Bastilla y en la Comuna de Paris, nuevamente resonaba en nuestros oídos, ahora en una batalla presidencial encabezada por el Diputado de Magallanes, doy fe que muchos de aquellos viejos jóvenes ochenteros nuevamente estuvimos donde debíamos estar y logramos derrotar a la vieja derecha y a la nueva ultra derecha.

Después de 2 años de gobierno y difíciles por supuesto, hay lecciones que aprender y faltan por aprender, creo que ha sido doloroso para el Presidente lo ocurrido con parte de su coalición, siempre habrá manzanas podridas y esas deben salir de inmediato, no hay tiempo para esperar, tenemos un patrimonio que defender y es la historia que nos precedieron, los que a pesar de sus premuras económicas nunca dejaron de pagar la cuota del sindicato o del partido, los que hicieron trabajo voluntario para elevar la producción en el gobierno del Compañero Allende, los que montamos ollas comunes en los trabajos voluntarios, los que organizamos peñas, completadas y fiestas para comprar el material de propaganda para salir a pintar por la libertad en dictadura.

Conocí al Presidente en campaña y se de su honestidad y transparencia, sigo creyendo que podemos seguir avanzando, la salud, la educación y las pensiones de nuestros jubilados lo requieren, quizás los momentos políticos que vivimos ya no requieren tomar el cielo por asalto, y ya alguien más lo dijo, a veces hay que tomar el cielo con el consenso, pero no con cualquier consenso, hay que hacerlo con el de los/as trabajadores/as con aquellos postergados de siempre, hay gente que cree en nosotros, no los defraudemos.

Por: Jaime Bustamante Henríquez
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