Cartas al Director. Elección para la alcaldía de Natales. Una carrera con resultado incierto e impredecible

A 12 días de la elección, son cuatro los nombres que llegarán a la papeleta del voto (color celeste): dos mujeres y dos hombres. Los cuatro con una similitud y visión conservadora de la vida. La candidata que se da por ganadora anticipadamente (craso error) es una Udi de tomo y lomo; otro es republicano, la tercera candidata manifiesta alguna simpatía hacia la derecha y, finalmente, el cuarto es un demócrata cristiano.
En este cuadro, podríamos decir que “la izquierda se encuentra ausente“, ausente en esta elección a alcaldes, pero no en las calles ni en las organizaciones y menos en las conciencias ni en la memoria.
Está meridianamente claro que, hoy, la izquierda en Natales no tiene a un representante en la elección municipal a alcalde.
Luego, surgen varias interrogantes sobre las implicancias de lo mismo. Primero, ¿para dónde fluirán los votos de este sector? Porque es manifiesto y evidente que el progresismo no lo encarna ningún proyecto de los hoy en competencia. Podría decirse que los cuatro candidatos, dos mujeres y dos hombres, son una carta de colores en degradación, algunos más o menos amarillos, pero, finalmente, amarillos.
Otra similitud de las candidaturas: todos “haciendo mérito para ganarse la venia del salmón“, algunos con guiños y gestos más que ostensibles y evidentes.
Luego, las preguntas de rigor, en relación a los jóvenes progresistas, los que participaron del estallido social; las feministas y los animalistas, aquellos que luchan por la diversidad, ¿dónde irán a poner su confianza ? ¿Voto nulo o voto blanco?…¿O votarán por el mal menor?…
De esta forma, vemos una campaña al sillón alcaldicio poco creativa, que no logra encantar, sin entusiasmo y “momia”. Además, todo esto en un cuadro general que podríamos denominar la “política de la macedonia”. Y bien, bien mezcladita.
Así, vemos eventos de campaña donde un socialista allendista apoya a la Udi, junto a un Dc. ¡Esta sí que es una trilogía de terror!.
Luego llegan las excusas para evadir la discusión de fondo: “en lo local se vota por las personas”, claro, pero ¿Qué representa aquella persona x? ¿Qué lo moviliza? ¿Cuál es su horizonte?…
Y así, entre diarias concesiones y alguna que otra pequeña traición, llegamos a la “escena local natalina”, donde vemos el desarrollo de una histérica política provinciana, en la cual todas y todos corren sin rumbo para cualquier lado; sin un liderazgo de verdad y definido, menos aún con una visión colectiva encarnada en un auténtico proyecto político.
Por: Reflexiva