• 2 de diciembre de 2024

COVID EN EL FIN DEL MUNDO

 COVID EN EL FIN DEL MUNDO
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Rodrigo Cid Santos, periodista

El avance de la pandemia se encuentra absolutamente fuera de control en la Región Metropolitana. Y los números son implacables e impiadosos. Sólo entre el miércoles 10 y el domingo 14 de junio, se confirmó el fallecimiento de 1.040 personas. Y en este mismo sentido, el último Informe Epidemiológico del Ministerio de Salud fue lapidario: las 20 comunas que concentran el mayor número de víctimas de todo Chile, se encuentran ubicadas en el Gran Santiago. Y detrás de la fría estadística, se esconde el drama familiar que representa la partida de un ser querido. Un dolor que se agudiza por la imposibilidad de cumplir con el rito de despedida necesario para cerrar adecuadamente el duelo. Entre tantas historias con desenlace trágico, los  magallánicos residentes en Santiago, lamentamos el triste fallecimiento de nuestro querido amigo, coterráneo y colega, Abdón Benedicto Oyarzún Pérez, el entrañable ABOP. Resulta evidente que la cuarentena decretada hace un mes en la capital, no ha funcionado para reducir la propagación de los contagios, que cada día se multiplican. Y esto, por diversos factores, como el fracaso en el seguimiento de los casos positivos, el hacinamiento, la necesidad imperiosa de trabajar para subsistir, la falta de apoyo social y económico por parte del Estado y también por la irresponsabilidad de muchos que simplemente no han entendido la importancia del confinamiento. Y todo esto, configura un escenario que en Santiago resulta desolador.

Por todo esto, el rebrote del COVID-19 en Magallanes, causa profunda preocupación.Cuando la situación sanitaria estaba aparentemente controlada, se confirmó un foco de contagio vinculado a dos empresas pesqueras que no habrían cumplido con las medidas decretadas por la autoridad. Casi un centenar de nuevos casos confirmados en los últimos días, que hacen tambalear la estrategia desplegada para el control de la pandemia. Lo que está ocurriendo en Punta Arenas, también causa alarma en ciudades como Puerto Natales, donde los vecinos ya habían expresado sus temores por el traslado de los trabajadores de las salmoneras. Es de esperar que la delicada situación reportada en la capital regional, lleve a las autoridades locales a reforzar los protocolos establecidos, con una fuerte fiscalización en las barreras de entrada a la Provincia de Última Esperanza y los corredores sanitarios habilitados para el ingreso del personal que se desempeña en las plantas de cultivo. Junto con esto, es una buena noticia que la autoridad haya dejado sin efecto la reanudación del servicio de buses entre Puerto Natales y Punta Arenas, hasta que las condiciones sanitarias lo permitan. Sin embargo, esto debe ir necesariamente acompañado de controles más exhaustivos a los vehículos particulares, para evitar el transporte informal de pasajeros. Sin duda, el rebrote del COVID-19 en Punta Arenas representa una alerta para toda la Región de Magallanes, en particular para Puerto Natales. Y es un indicio claro, de que no se deben relajar las medidas de prevención. Bajar los brazos en este momento, cuando la tragedia se cierne sobre la capital del país, sería un profundo error.

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