• 27 de abril de 2024

El Asado

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Después de una dura semana de trabajo, decidí ir a la Discoteque Milodón para juntarme con unos colegas del trabajo, mientras caminaba para dicho lugar, me detuve y pasé al café Midas para tomar un Shop, luego dirigí mis pasos a la disco Milodon. Pagué la entrada y el ambiente era de fiesta, una especie de oasis en el medio de la vida rutinaria, le pedí al barman un Séptimo Regimiento (un trago de la casa que llevaba 7 licores en su preparación, una especie de bomba nuclear Patagónica), de pronto llegaron mis compañeros (el Chico Púrpura, El hombre gato, Mustaine y El pastor ), bailé con una amiga, bebí un par de tragos, la hora pasó volando.

Enseguida nos dirigimos al café de Mocho, pero estaba cerrado, así que dirigimos nuestros pasos al restaurant Montecarlo, conocido como "Manos limpias", comí un sándwich de huevo y tome una Pilsen, llegamos a casa junto a mis acompañantes y decidimos hacer un asado en un chulengo, pero también se nos ocurrió ir a laguna Sofia, así que pusimos nuestro asado en la parte trasera de una camioneta (la chata era conocida como el alambique veloz), cada 15 minutos deteníamos nuestra marcha para dar vuelta la carne.

Llegando a la Silla del diablo detuvimos la marcha, ya que una mamá puma cruzaba la ruta junto a sus cachorros.

La mañana estaba muy agradable y el sol golpeaba suavemente nuestros rostros.

El tour era una especie de carrera demoniaca por una carretera de la Patagonia.

Escuchábamos un cassette de Deep Purple, ya que la persona que nos conducía era el Chico Púrpura y era conocido por ser fanático de esa gran banda, su exigencia era escuchar viajando por la ruta a esa banda, además, él no bebía, era el chofer perfecto. Llegamos a la laguna a eso de las 11 de la mañana, nos estacionamos, bajamos el chulengo, la carne estaba preparada, armamos el campamento, preparamos sopaipillas y disfrutamos de esos manjares de Patagonia.

Por: Juan Salvador Miranda V.
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