El triunfo del “NO” en el Plebiscito de 1988 en Puerto Natales
Dedicado a Cuesco, Elías, Poroto, Chuck Norris, Pitufo.
En Puerto Natales la esperanza de poder ganar el plebiscito se tocaba con la punta de los dedos, los ciudadanos estaban ad portas de vivir una fecha histórica que aún es recordada con mucha emoción, sabíamos que la oposición no contaba con los fondos suficientes como para levantar una campaña política adecuada, la dictadura militar controlaba los medios de comunicación, la lucha era similar a lo que fue la de David contra Goliat. “El menos es más” era la lógica que manejábamos, además sabíamos que la verdad estaba de nuestro lado, pero sabíamos que había una ciudadanía que validaba a la dictadura y, claro, había miedo por parte de todos aquellos que eran oposición a la Dictadura, pero la esperanza era muy fuerte y eso poco a poco le dio valor a nuestra gente.
Recuerdo haber esperado el primer capitulo de la franja electoral en la casa de unos amigos y nos impresionó la del “No”, en ella se reflejaba la verdad, la del “SI” era más de lo mismo, mostraban muchas mentiras. Muchos vecinos después de haber presenciado esos escasos minutos de la oposición en la TV, nos contaban que fue como que le volvió el alma al cuerpo a muchas personas, eso se sentía en aquellos días. Bueno, un slogan era “La alegría ya viene” y el otro era “Chile país ganador”, era imposible no ser parte de la alegría y eso contagiaba a la gente.
Se volvió a marchar por las calles, se volvieron a realizar actos públicos en los gimnasios.
Mucha gente anónima aportó en esa gran gesta, lo que estaba en juego era enorme, si ganábamos podríamos recuperar la Democracia, podría haber elecciones libres nuevamente en nuestro país.
Nunca debemos de olvidar que el plebiscito del 5 de octubre de 1988 fue un referéndum sobre la continuidad de la dictadura militar en Chile.
En Natales se activaron comités barriales, comandos electorales, todo hecho a pulso, la épica era enorme, se sentía de que el pueblo había despertado, el día antes del plebiscito muchos no dormimos, pasaban muchas ideas por nuestras cabezas, recuerdo que ese día la ansiedad que sentíamos era mayúscula, ese día sería estafeta, o sea, llevaría información de algunas mesas escrutadas al comando, el tiempo en determinado momento se convirtió en algo veloz, estábamos atentos a la radio, los primeros cómputos daban ventaja a la opción “SI”, pero no perdíamos la esperanza del triunfo de nuestra opción, pero poco a poco se aclaraba el panorama y el “NO” logra superar a la otra opción. La alegría era intensa, nos abrazamos, algo había cambiado y nosotros éramos protagonistas de aquello.
Esa noche, junto a mis amigos, compramos una garrafa de vino tinto y nos subimos a una pandereta a ver el amanecer y juro que fue uno de los amaneceres más bellos que he contemplado en mi vida, al final había triunfado la esperanza.
Por: Juan Salvador Miranda V.