La democracia burguesa como duele a la conciencia y sus consecuencias
Parto esta opinión con ese título de connotación Marxista para tratar de realizar un recorrido histórico de un debate inconcluso, digo inconcluso por qué parte de los/as protagonistas ya no están viviendo con nosotros los avatares de la política y los que aún nos mantenemos, al menos atentos a los sucesos políticos, nos debatimos entre la decepción y la esperanza.
Soy de la generación que compartió sueños y proyectos con nuestros padres, ellos/as desde su juventud lucharon denodadamente por avanzar hacia un proceso de cambios revolucionarios, si se puede catalogar así, en el sentido que creyeron que estos cambios cualitativos podrían darse dentro de los cánones de una democracia que desde el nacimiento de la republica estuvo dominada por la oligarquía terrateniente primero y después transformada en la gran burguesía con el total control de los medios de producción.
La izquierda por su parte camino desde el anarco sindicalismo a la construcción de partidos de extracción de clase obrera, con referentes históricos como la revolución francesa, la comuna de Paris y la revolución de octubre, que prodigaron a la izquierda bases de sustentación ideológica en su devenir en la política chilena.
Porque quiero plasmar este comentario, ya que sería poco humilde de mi parte en erigirme como un analista, tiene que ver con lo que vivimos hoy, avanzar en derechos sociales desde un gobierno que tiene características al menos en los discursos de sus dirigentes/as trazas de ser de izquierda, aunque cada día les gusta más denominarse de centro izquierda, dejando de lado un discurso más rupturista y desmarcándose cada vez más los grupos identitarios base fundamental del activo político del Frente Amplio en la última contienda electoral presidencial.
Reitero que el que escribe es parte de esa generación que al margen de incorporarse a la lucha contra la dictadura, en el camino debatía con los viejos (forma no despectiva de llamarlos así, sino con mucho cariño) sobre la derrota del 73, donde la argumentación más dura fue, de cómo pudo ser posible no asegurar la victoria popular de Allende, sin contar con el elemento militar y no hablo de las FFAA, hablábamos en esa época de la débil organización militar para resistir a la reacción, ese vacío histórico es una autocrítica que nos seguirá penando hasta el último aliento de nuestras vidas, debido a la ingenuidad de pensar que la derecha y el imperialismo quedarían impávidos frente a la consolidación de la llamada revolución con empanada y vino tinto.
De acuerdo a esto nuestra experiencia revolucionaria derrotada y que no respondía a ninguna otra parecida en el mundo, nos indicaba que la táctica debería cambiar, en esos años de dictadura nuestra literatura política era sobre el triunfo y organización de los procesos revolucionarios en la Rusia Zarista pero con mayor abundancia tenían que ver con la revolución cubana y la nicaragüense, nuestras condiciones objetivas eran precisamente que ambas revoluciones victoriosas se daban dentro de un contexto del alzamiento de un pueblo contra una dictadura.
La gran mayoría de nosotros no dimensionábamos el calado o la valorización de un país democrático, estaban tras nosotros más de 100 años de vida democrática por lo tanto todas las generaciones que nos antecedían si respondían a esa mirada que había penetrado fuertemente en la mayoría de los partidos de izquierda, sobre todo a los más grandes e influyentes que tenían parlamentarios y algunos incluso ex ministros en los gobiernos radicales, eso hacía que muchos de ellos/as aceptaran a regañadientes nuestros ímpetus y acciones directas de enfrentamiento con la dictadura.
La verdad le pusimos harto empeño y valentía, la cantidad de héroes y heroínas son incuantificables, no puedo dejar pasar mis respetos hacia ellos/as por sobre todos a los/as que quedaron en el camino, ojala las generaciones que hoy están en política y sobre todo los que han accedido a dirigir desde el gobierno o cargos de elección popular, pudieran tener el mismo respeto hacia ellos/as lo digo por que lamentablemente me ha tocado escuchar declaraciones bastante repudiables al respecto, sin detenerse a pensar por un segundo en que el término de la dictadura no fue solo con un lápiz y un papel ni menos con una buena campaña publicitaria como lo pretendió demostrar la película hollywodense NO, pero otra vez a pesar de nuestra porfía y convicción de que esta vez no había vacío histórico, las masas que asegurarían la derrota de la dictadura para avanzar a una democracia popular, de nuevo respondían a la famosa tradición democrática y republicana, para que la elite cumpliera su compromiso de una salida pactada con el dictador y se sumaban y al decir verdad nos sumábamos (nada más que hacer en realidad o inmolarse como lo hicieron algunos compañeros/as) al plebiscito de 1988.
Porque quise reflexionar y de alguna manera dar esta pincelada histórica, tiene que ver, con que en la actualidad seguimos sin un proyecto político ideológico, es verdad que hoy no existe el campo socialista que existió en la guerra fría, tampoco el romanticismo heroico de la revolución cubana y la sandinista, por lo tanto lo que ha quedado por hacer es administrar un gobierno dentro de una eficiente democracia burguesa y digo eficiente porque ha permeado de tal manera a la izquierda que es difícil encontrar pensadores o políticos que se atrevan a desarrollar un ideología de cambio real, tampoco influye el movimiento de los trabajadores ya que es difícil encontrar ese elemento en los partidos de izquierda o progresistas , que pudieran aterrizar a las elites que campean en el parlamento y en los organismos de dirección de los partidos, en los últimos días fue penoso escuchar a dirigentes políticos preocupados de los animales sintientes y nada de los sentimientos de nuestros jubilados que en su gran mayoría se debaten entre la pobreza y la extrema pobreza, la buena noticia es que ellos están preparando una marcha de bastones para ver si la clase política se digna a sumarse a una gran movilización social y política que permite terminar con el sistema de pensiones que en definitiva nos afecta a todos/as.
En el primer párrafo dije que mi generación hoy se debate entre la decepción y la esperanza, sinceramente espero que venga la esperanza como nos canta Silvio, pero que venga con más ideología e impregnada de justicia social que sea capaz de recuperar mística y decisión de lucha y no seguir siendo meros administradores, ojala poder encontrar el camino de transformación y cambio que permita incomodar al menos a los que se enamoraron para siempre de la democracia burguesa.
Por: Jaime Bustamante H.