La seducción de la mentira
“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas” Humberto Eco
Hoy muchos operadores políticos que se ocultan en el anonimato de una cuenta falta en las redes sociales y desde allí comienzan a fusilarnos con sus fake news e instalan una posverdad, parece ser de que es una especie de personaje que no busca crear opinión si no lo que busca es destruir a las personas.
Desde hace ya varios años que la operación en las redes sociales es el desprestigio y el tratar de destruir a la gente, no importa de cómo o de qué forma.
Soldados Digitales
Los soldados digitales actúan de una forma bastante brutal desde su clandestinidad de una cuenta falsa.
Ellos son la infantería que valida todo aquello que atenta contra nuestra democracia y están en el lado oscuro de la historia, validan la mentira, el desprestigio y la confusión.
Miente, miente que algo quedará
La lógica de la mentira es algo repulsivo, pero hoy es aplicable en nuestra realidad, porque la gente permite que la distorsión sea pan de cada día.
La política hoy se ha convertido en un campo minado donde se instalan barbaridades cada vez más brutales y donde la mentira de alto impacto es común.
Lo más fuerte de esta realidad es que la gente al procesar todo lo que se publica en las redes sociales se tiende a confundir. Surgen opiniones que se basan primero en un posteo emotivo y luego en un comentario y tras ese posteo y ese comentario hay soldados digitales.
La lógica de Pinocho
Pinocho mentía para llamar la atención o para crear un mundo en el que quería estar o porque tenía dificultad para diferenciar la realidad de la ficción o como un recurso para obtener algo.
Los soldados digitales mienten para obtener algo igual que en el cuento de Pinocho.
Recuerde de hay que verificar las fuentes de una noticia antes de difundirla. No hay que creer todo lo que se publica en las redes sociales.
Por: Juan Salvador Miranda V.