• 3 de diciembre de 2024

Nuestra historia oculta. La hija natalina de Tolstoi (*)

 Nuestra historia oculta. La hija natalina de Tolstoi (*)
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LOS PROSTÍBULOS NATALINOS (Cuarta parte y final) Por Observador

En este territorio de hombres solos, cuando la actividad en los campos y frigoríficos iba decayendo debido a la prohibición del gobierno argentino de faenar los animales de sus campos en establecimientos fuera de las fronteras (1948); se va dando una lenta reconversión de matarifes, puesteros, arrieros, esquiladores para incorporarse a las faenas de explotación del carbón en Río Turbio, hasta convertirse en cotizados mineros. 

El punto  de encuentro social serán los establecimientos nocturnos que funcionaban  en la calle Prat y sus alrededores. Son los años cincuenta del siglo pasado, donde los “quilombitos” o casas de tolerancia, llegaron a una suerte de sana competencia, para entregar a sus parroquianos el mejor de los espectáculos en vivo;  con orquestas que  bajo la luz de “petromax” hacían el deleite los fines de semana, cuando Natales con dificultad tenía una  rechinante central eléctrica.

Un gran logro  ha sido publicar por parte de nuestro escritor- Nelson Álvarez- el libro “Antología literaria de Santiago Pérez Fanjul”, cronista natalino que describe esos ambientes de lujuria, sensualidad y concupiscencia del barrio rojo natalino, alrededor de la calle Prat:  somos pocos quienes hemos accedido a esta publicación, pues el fondo cultural que lo ha financiado, prohíbe su venta.  Estas obras son sólo posibles de obsequiar y no comercializar. Generalmente llegan a manos de peticionarios que poco o nada saben de lecturas. Llama la atención – en estos días- que entre tanta reforma tributaria nadie hable del eliminar el Iva de los libros.

A uno de estos lugares en Puerto Natales, llegaron cercano a la Navidad de 1967, nuestro insigne  escritor  Francisco Coloane acompañando  al famoso poeta ruso Eugenio Evtuschenko,  quien había nacido en 1932 en Siberia, por lo tanto, su sensibilidad  estaba impactada por los parajes vistos en el camino de Punta Arenas a Natales, se sintió en su lejano terruño.  Instalados en el Hotel El Cisne de Cuello Negro y para acortar la larga claridad nocturna de esos días, se fueron de copas al barrio pecaminoso natalino. 

La visita de tan ilustre comitiva,  y lo que allí sucede,  ha dado lugar a una de las más bonitas páginas de la literatura chilena, su autor es Volodia Teiltelboim, a cuyo relato tituló  “La hija de  León Tolstoi”, publicado en su libro “Hombre y Hombre”; el  relato fue avalado como real y fidedigno por el mismísimo  Francisco Coloane.

Llegados al barcito del lenocinio natalino son presentados Evtuschenko y Coloane a la mesonera, quien, denota inmediatamente interés por tan importantes visitas. Es manifiesto su conocimiento en materia literaria, ello desconcierta a los ilustres visitantes.  El ruso se caracterizaba por ser un admirador del idioma castellano, por lo tanto, le pregunta a la mujer ¿Conoce usted algún escritor ruso?. Prontamente responde la anfitriona  ¡Si,  varios¡ y prosigue el relato de Teitelboim… “ ¿Conoce a León Tolstoi? – ¡ Si¡ – ¿Qué conoce de él?. Varias cosas, responde la damisela oscurecedora y equivoquista. ¿Cuáles?. Nómbreme una. Ana Karenina. ¿Conoce Resurrección?. La mujer contesta: yo soy un personaje de Resurrección. ¿Cuál?. Katiuscha Maslova”

Al nombrarle la interrogada otros libros de Tolstoi, el poeta Evtushenko, comienza a sonreir, mostrando incredulidad ante lo escuchado;  el ensimismamiento  del poeta se rompe, cuando irrumpe  un convite sumamente antiguo, un millón de veces oído en los burdeles pobres o lujosos,  ¡Vamos a mi pieza!.  Volodia describe la estancia en la pieza de la asilada socarronamente, “helo aquí en el taller de trabajo horizontal de una mujer de la vida, donde ella atiende sus negocios , recibe a sus clientes y amigos…”. Efectivamente las paredes de la habitación  tenían humildes estantes con muchos libros. Se queda atónito cuando descubre el único cuadro del cuarto, “Sí  ¡Convéncete!  León Tolstoi preside  la pieza de ese cisne perdido”.

El poeta grita entusiasmado. ¿Cómo? ¡Tolstoi!. Entusiasmada la muchacha le comenta con alegría…”cuando mis amigos de las estancias entran a esta pieza, miran siempre el retrato y muchos preguntan : ¿Quién es ese caballero?. Comprendo que no puedo entrar en explicaciones que no comprenderían. Casi siempre vienen muy apurados. Sólo les contesto: “ Es mi padre”

Exaltado el poeta confiesa que cuando regrese a Rusia, escribirá un poema que tendrá por título “La hija de León Tolstoi”.  Está pendiente saber si existió el poema prometido. Eugenio Evtushenko, muere lejos de su Rusia natal el primero de abril del 2017 a los 84 años. La musa natalina del poeta ruso ni siquiera dejó rastros de su vida mínima en su paso por el Natales pecaminoso de los hombre solos. 

(*)  Tolstoi, fue un novelista ruso (1828- 1910). Es considerado un escritor en lo más alto  de la literatura rusa. Autor entre otras obras del libro “ La Guerra y la Paz”,  “Ana Karenina”, “Resurrección” y otros. Se le llama  el padre del realismo ruso y su lectura es un deleite para quienes buscan lo mejor de la literatura mundial.

 

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