OPINIÓN. La bandera
En la guerra de Independencia los patriotas la usaron como su estandarte y los acompañó en los campos de batalla, jamás fue arriada de la Esmeralda aquel fatídico 21 de mayo, estuvo con los obreros de las salitreras, también con los trabajadores del frigorífico Bories, las mujeres que luchaban por el voto femenino estuvieron acompañadas de la bandera, en las tomas de terreno, en los sindicatos, en las juntas de vecinos, también estuvo en su mástil aquel oscuro 11 de septiembre cuando se produce el golpe de estado; la guardia presidencial resistió junto al presidente Allende, lo hicieron por la república y en defensa de nuestra bandera chilena, en la campaña del No, cuando se produce el retorno a la democracia en el Estadio Nacional se coloca una bandera gigante y se deja claro que nunca más debe de haber un golpe; cuando la selección de fútbol tiene que disputar un partido importante también flamea la tricolor, en los recitales de Rock, para el paro del gas en Magallanes y para el estallido social, la vimos nuevamente en nuestras calles.
Sin lugar a dudas, es un símbolo potente para nuestro pueblo nuestra bandera, ella es el alma del pueblo, de los sencillos, hoy se intentan apropiar de ella algunos sectores que se dicen patriotas, pero en realidad son lacayos de la derecha retrógrada.
