• 25 de abril de 2024

OPINIÓN. ¿Porqué Aprobamos?

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Los miembros de la Agrupación Mártires del 23 de enero de 1919, ante el momento histórico que estamos viviendo, no se pierden.

Recordando al gran escritor Osvaldo Bayer que decía que la “democracia se defiende en la calle”, afirmamos que lo que decía Osvaldo es una realidad inobjetable, el estallido social generó una ventana para crear una nueva constitución y eso se ganó en la calle. 

El proceso constituyente se impulsó tras las movilizaciones de octubre de 2019 que derivaron en el llamado a un “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”, que fue firmado en la madrugada del 15 de noviembre.

Nuestro país vive un proceso histórico sin precedentes: primero con la elección de 155 convencionales constituyentes, en composición paritaria (78 hombres y 77 mujeres) y con 17 representantes de pueblos originarios, se ha instalado la Convención Constitucional encargada de proponer al país, en un plazo máximo de 12 meses, un Nuevo Texto de Constitución Política. Este Nuevo Texto de Constitución Política será a continuación sometido a un Plebiscito Ratificatorio el 4 de septiembre.

Nunca debemos olvidar que todo esto se logro gracias a las movilizaciones del 2019.

¿Pero, por qué Aprobamos?

5 aspectos que considero relevantes y que materializan esa aspiración del constituyente.

  1. Más derechos para vivir con dignidad. Casi un tercio de la nueva Constitución detalla los derechos sociales que beneficiarán a todas las chilenas y chilenos. El proceso constituyente en nuestro país se inicia como resultado de las movilizaciones ciudadanas de octubre de 2019 que demandaban en lo esencial garantías sociales para vivir mejor, para vivir con dignidad. La propuesta presentada responde de forma favorable a esas demandas. El nuevo texto constitucional reconoce el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad, el derecho a la salud, el derecho a la vivienda, el derecho a pensiones suficientes, el derecho al trabajo decente, el derecho al agua, el derecho al cuidado, el derecho a la participación democrática, el reconocimiento al trabajo doméstico, el derecho a una alimentación adecuada, el derecho al deporte, el derecho a un medioambiente libre de contaminación, el derecho a la igualdad y a la no discriminación, entre otras. Ese conjunto de derechos serán la base de nuestro nuevo Pacto Social, lo que sin duda reportará mejoras en la calidad de vida de todas y todos, y ayudará a poner término al hecho de qué, el lugar dónde pueden llegar las personas está determinado por el lugar en el cual nacen. Para asegurar el efectivo cumplimiento de esas disposiciones se creará la Defensoría del Pueblo en todas las regiones del país. (Artículos de referencia: el 1 y del 35 al 113; del 123 al 126).
  2. Un país verde y de futuro. La nueva Constitución se hace cargo de la necesidad de proteger nuestra naturaleza para las nuevas generaciones. Otorga derechos a la naturaleza y nos convierte en el primer Estado Ecológico del mundo. Transformarnos en un Estado Ecológico es una definición no menor: se traducirá en los años que vendrán en una enorme transición verde y ecológica del modelo productivo en nuestro país, incentivando la innovación, el desarrollo y la investigación, mejorando la calidad de los empleos y las remuneraciones, instalando a Chile en la vanguardia de países que toman medidas respecto a la crisis climática que afecta al mundo y que requiere respuestas con urgencia, una de ellas es la recuperación del agua para todas y todos. El texto de nueva Constitución también reconoce derechos a los animales. (Artículos de referencia: del 127 al 144; y del 148 al 150).
  3. Más igualdad, más libertad. La nueva Constitución nos propone ser una república solidaria y organizarnos mediante una democracia paritaria. El avance en los derechos de las mujeres es nodal, asegurará que nunca más se vuelvan a tomar decisiones que nos afecten sin que exista participación directa nuestra. Reconoce el hecho de que somos el 50% de la población y nos integra, en conformidad con ello, tanto en las instituciones de representación política como en otras instancias de la administración pública y semipública. La nueva Constitución tiene especial preocupación por los grupos que histórica y estructuralmente han sufrido la desigualdad, la discriminación y se encuentran, en consecuencia, en situaciones de mayor vulnerabilidad -además de las mujeres- y reconoce a las personas mayores, a las personas neurodiversas, a las diversidades y disidencias sexuales, a las niñas, niños y adolescentes y a los pueblos originarios tejiendo una red de dispositivos e instituciones que acompañen esas trayectorias vitales y estimulen la convivencia cívica en función de construir la anhelada paz social. (Artículos de referencia: del 3 al 34).
  4. Un país descentralizado, un país de todas y todos. Como colectivo regionalista, consideramos clave este avance. La nueva Constitución propone un Estado Regional. Hoy, lamentablemente, “nuestro país es un avión con 16 motores de los cuales sólo usamos 1”. No existen países del denominado “mundo desarrollado” que no estén efectivamente descentralizados y regionalizados. El Estado Regional es una salida intermedia en relación al Estado centralizado en el cual hoy nos encontramos y a la organización federal. El Estado Regional acercará las decisiones a las escalas subnacionales, es decir, a las “bases”, buscando hacer más efectiva la participación democrática. También, posibilitará la generación de estrategias regionales de desarrollo con competencias y facultades administrativas más amplias de las hoy existentes, y permitirá la existencia de Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales, más allá de la condición de administraciones “locales” de un poder centralizado. Se abre un camino que, gradualmente, va a impactar de forma positiva en revertir la desigualdad territorial que produce situaciones de injusticia intolerables, tales como la inexistencia de hospitales públicos en localidades distantes (con el impacto en muertes prematuras que eso produce, por ejemplo), la inexistencia de caminos para el acceso a las escuelas u otras infraestructuras de relevancia vital y la inexistencia de médicos especialistas, por nombrar otras. (Artículos de referencia: del 187 al 250; y del 383 al 385).
  5. Democracia para participar y decidir. Por último, y como lo señalé al comienzo, parte de las demandas ciudadanas dicen razón con la falta de vinculación existente entre la soberanía (la voluntad popular, de la gente) y el ejercicio del gobierno (las “decisiones de la autoridad”, en todas las escalas: nacionales, regionales y comunales). El texto propone una solucionática que combina diferentes modos de ejercer la democracia; todas tienen por objeto robustecer el “hecho democrático” en su dimensión sustantiva, reconociendo la dimensión representativa (elegir representantes), participativa (votar por determinadas decisiones) y comunitaria (incidir desde nuestros barrios sobre gestiones que pudieran afectarnos) de ella. El texto habilita la realización de plebiscitos para resolver controversias sociales importantes y también para reformar el texto constitucional; es decir, la última palabra en la nueva Constitución la tendrá la gente. Además de instancias ciudadanas permanentes (Asamblea Regional de Vecinas y Vecinos y Asambleas Comunales de Vecinas y Vecinos) que tendrán por misión fiscalizar las acciones de la autoridad y participar del ciclo de diseño de las políticas públicas. Sin duda, la nueva Constitución tiene por objetivo redistribuir el poder en nuestro país. En rigor, la experiencia comparada demuestra que problemas como la pobreza y la desigualdad sólo pueden resolverse mediante la redistribución del poder. El texto otorga la posibilidad de iniciativas populares de ley y de iniciativas populares de derogación de ley. (Artículos de referencia: del 151 al 159; del 165 al 186).

Entendemos que es muy importante esta coyuntura histórica, el pueblo gracias a la movilización popular logra generar las condiciones para generar una nueva constitución, hacemos un llamado a votar por el Apruebo, terminaremos con la constitución de Pinochet votando por esa opción. Por los muertos, por los vivos y por los que vendrán pedimos votar. La historia siempre se repite y creemos que esta es una oportunidad tremenda para enmendar el rumbo de nuestro país.

La memoria es fundamental, nunca mas se debe de repetir el horror, ni vivir con el miedo constante.

Por eso y por mucho mas votamos Apruebo.

  JUAN SALVADOR MIRANDA V.-Agrupación Mártires del 23 de enero de 1919
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