Un cambalache
Hoy, se respira otro Chile, la política cambió, tenemos un gobierno para la gente y se hizo un traspaso de mando ciudadano. Pero en el acto de asunción del nuevo Consejo Regional de Magallanes apareció la sombra de la vieja política corrupta, inescrupulosa, de impunidad absoluta que se refriega en la conciencia de los aún honestos y honestas ciudadanas del nuevo mundo político. En esta ceremonia se hizo presente el ex alcalde Paredes, padrino del nuevo consejero de Última Esperanza, Magdiel Guerrero, que ni dudó en hacerse acompañar de este personaje de la vieja y siniestra política, de la que bien conocen los natalinos y natalinas. Pero qué contradicción más grotesca, mientras se respira esperanza en un Chile de nuevos rostros y nuevos bríos, reaparece, sin asco y sin pudor, este hombre que tanto daño y vergüenza le causó a su pueblo y a lo que queda de decencia en su sector político.
Tal vez, el problema de Magallanes y de Natales, es la idiosincracia de su gente, que es educada, humilde y de buenas costumbres, pues aquí no hay funas ni desaires. Sólo se traga saliva y se contiene el aire, para tolerar lo que, claramente, es intolerable e impresentable.