• 24 de abril de 2024

CIPER CHILE. Pandora Papers: Aitken y Pinochet, los incómodos clientes offshore del bufete panameño Alcogal

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Alcogal creó seis sociedades en las Islas Vírgenes Británicas para el abogado Óscar Aitken, quien las utilizó para ocultar el patrimonio de Augusto Pinochet y recibir pagos como intermediario en la venta de armamento. Luego de que en 2004 la justicia chilena comenzara a investigar estas sociedades, Alcogal debió dar explicaciones a la fiscalía panameña, negando haber sabido que Aitken era un testaferro de Pinochet. Según uno de los socios de la firma, este ha sido uno de los episodios más incómodos en la historia del bufete. Así lo detallan documentos publicados en Pandora Papers, una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y cuyo capítulo chileno fue realizado por CIPER y LaBot. La noticia tardó en llegar a Panamá. El 15 de julio de 2004 el Senado de Estados Unidos dio a conocer el informe que reveló que Augusto Pinochet tenía cuentas secretas en el banco Riggs de ese país. La  revelación de la fortuna oculta de Pinochet impactó en Chile y en todo el mundo, pues sugería que se había apropiado de fondos públicos durante sus 17 años como dictador. Sólo dos semanas más tarde, la desaparecida revista Siete+7 comenzó a destapar la trama offshore: Pinochet tenía una red de sociedades en las Islas Vírgenes Británicas, creadas por el hasta entonces desconocido abogado Óscar Custodio Aitken Lavanchy con la ayuda del estudio panameño Alemán, Cordero, Galindo & Lee (Alcogal). Aitken se transformó en una pieza clave de la investigación por lavado de activos y enriquecimiento ilícito que el juez Sergio Muñoz abrió apenas se conocieron las revelaciones. El 4 de agosto de ese año, Aitken ya le había entregado los libros contables y documentos de las sociedades de papel, mientras la prensa lo perseguía para entender su rol de albacea y “cerebro financiero” de Pinochet. Pero no fue hasta un mes después, cuando Aitken concedió una entrevista a El Mercurio, que en Alcogal se dieron por enterados de lo que estaba pasando con las sociedades que habían creado para él en las Islas Vírgenes a partir de 1991. Los documentos de Pandora Papers dan cuenta de que tras la publicación de ese artículo los ejecutivos de Alcogal se contactaron con Aitken para informarle que debía cerrar las seis sociedades que mantenía con ellos o bien dejar de ser su cliente y traspasarlas a otra firma que administrara empresas offshore. Hasta entonces, y con el respaldo de recomendaciones hechas por los bancos estadounidenses Barclays Bank Plc, EFG Capital y Coutts & Co., Aitken era el titular de seis sociedades: Eastview Finance S.ABelview International Inc.Tasker Investments LimitedCornwall Overseas Corp.GLP Limited Abanda Finance Limited. “Hemos leído en el diario El Mercurio que tú has aceptado el hecho de que el General Pinochet es el dueño de algunas de estas sociedades, lo cual nunca se nos informó a nosotros anteriormente. Nosotros no estamos en posición de juzgar si el patrimonio de estas sociedades fue obtenido o no de manera ilegal, pero el mero hecho de que su posible propietario sea el General Pinochet (quien es una “persona políticamente expuesta”) es suficiente, de acuerdo con nuestras políticas internas, para que procedamos a renunciar como Agentes Residentes de todas las sociedades en las cuales tú apareces como corresponsal”, se lee en un correo electrónico enviado por Alcogal a Aitken en septiembre de 2004, contenido en los Pandora Papers. En el intercambio lo tratan con una sorprendente familiaridad “de tú a tú”, poco habitual para este tipo de vínculos comerciales.
Un extracto de esa comunicación fue incluido en un informe que Alcogal envió al fiscal anticorrupción de Panamá, Daniel Batista, en noviembre de 2005. El documento buscaba desligar al estudio de eventuales responsabilidades por el destino de las sociedades y entregaba detalles de los movimientos de cada una de ellas. Aunque los documentos disponibles no permiten saber con certeza cuánto conocía Alcogal de las operaciones de Aitken, es un hecho que el escándalo Pinochet golpeó fuerte al estudio. Jaime Alemán, uno de los socios que fue ministro de Justicia y embajador de Panamá en Estados Unidos, argumenta en su biografía “La honestidad no tiene precio” (2014) que, entre las decenas de miles de sociedades que dice haber incorporado desde 1985, han vivido dos situaciones “particularmente incómodas”, una de las cuales derivó de que no sabían que el verdadero dueño de las sociedades de Aitken era Pinochet. CONTINUAR LECTURA AQUI:
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