La crisis de principios y ética en la función pública, una necrosis del espíritu de servicio por el consumismo, estatus y bienestar individual

Una irregularidad a gran escala ha sido señalada, el hecho que 25 mil funcionarios públicos hayan utilizado licencias médicas para realizar viajes fuera y dentro del país, incluso para culminar la obtención de grados académicos. Esto evidencia una red de actores sociales públicos coludidos sin escrúpulos para su propio usufructo, siendo esto la más fiel expresión de un individualismo y hedonismo consumista en este sistema social de mercado.
¿Dónde fue a parar ese espíritu del funcionario público amable, comprometido y “conectado” con la necesidad de cada ciudadano, familia o grupo social?. ¿Cuáles son hoy las motivaciones de ingreso o de permanencia a un servicio o institucion publica? ¿Altos sueldos? ¿Poca exigencia? ¿Estatus y acceso a bienes preciados en la sociedad de consumo?. Sin duda alguna, hoy el “Viajar” y sobretodo, fuera del país es un pasatiempo muy valorado, podría relacionarse con el hedonismo social como producto de una práctica social instalada y que está reñida con la buena fe y normativa de la función pública.
Qué paradójico resulta esto, ya que es de conocimiento público que en nuestro país la listas de esperas en los servicios de salud son infinitas y que los tiempos para una cirugía son de un promedio de dos años. Sin embargo, aquí siendo casi una costumbre se usa la salud individual y el estado de enfermedad sin ninguna ética.
En este último tiempo los hechos de corrupcion han estallado en todos los niveles y cruzado a todos los sectores. ¿Cómo llamar a este hecho de licencias mal usadas y tal vez mal emitidas?. Es claro el daño pecuniario y financiero de las arcas fiscales, pero a su vez hay un daño e impacto social, en la gestión pública, calidad y resolución de necesidades de los ciudadanos.
¿Qué pasará si se sanciona con la destitución a estos funcionarios y/o funcionarias?. Habría un desalojo masivo y una afectación al funcionamiento de los procesos administrativos normales de cada servicio.
Y si se ordena la devolución del dinero a las arcas fiscales sin perjuicio de la permanencia laboral de los involucrados ¿nunca más lo harán?. ¿El estado perfeccionará sus instrumentos de control? ¿En cuánto tiempo?.
Aquí el tema es “moral“ y ético, profundamente enlazado a una cultura social pública de ausencia de vocación pública y servicio comunitario. Y esto exige una reflexión profunda y poco usual, ¿qué es hoy lo que mueve a la función pública encarnada en los trabajadores de casa sector?.
Por: Equipo El Tirapiedras