A charchazo limpio con los extraterrestres

Estaba nublada aquella noche en la Villa Cerro Castillo, fui invitado a jugar al truco en la casa de unos puesteros y ovejeros. Estaba a dos kilómetros de distancia y decidí ir caminando (recuerdo que pavimentaban la villa en aquel tiempo), jugamos un par de partidos de truco con los muchachos, bebí vino en bota y comí picana de ñandú, siendo la media noche me retiré a mi hogar. En el camino me encontré con gente que vestía uniforme fosforescente y pensé que eran trabajadores de la constructora que pavimentaba las calles, mi sorpresa fue mayúscula cuando no les vi rostro y uno de ellos se me tiró al humo, esquivé su golpe y le respondí de igual manera, recuerdo que pegaban lindo pero no pudieron voltearme. Logré escapar de ellos y al llegar a casa me di cuenta que los que me atacaron no eran seres de este mundo, es decir, me agarré a charchazos con extraterrestres.