• 19 de abril de 2024

En un futuro cercano, alguna calle de Puerto Natales llevará tu nombre Alfonso Coñoecar

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En tiempos en que nos dominan las noticias falsas y la posverdad es necesario escribir tu historia, esa que la historia oficial busca omitir.

Alfonso Coñoecar nace en la isla Chiloé y desde pequeño se dedica a trabajar junto a su familia en diversas labores del campo. A principios de los años 70, durante el inicio del gobierno de la unidad popular se integra a una comparsa de esquila y se traslada desde Chiloé a Tierra del Fuego donde trabaja de vellonero. Le toca vivir en carne propia las duras condiciones en las cuales se desempeñaban los esquiladores y la gente del campo; él nos relataba que la siguiente temporada regresó al mismo trabajo y, sin dudas, las condiciones habían cambiado, los trabajadores comenzaron a vivir los cambios que estaba desarrollando la Unidad Popular. Contaba con orgullo y emoción esa parte de su vida, su inicio en la izquierda fue sellado en Tierra del Fuego en medio de la pampa donde nacen los vientos.

Posteriormente, comienza a trabajar en el mineral de Rio Turbio en Argentina extrayendo carbón en tiempos en que las dictaduras militares dominaban nuestro continente. Ayudó a formar el sindicato de mineros en la clandestinidad y, paralelamente, comenzó a militar en el partido Comunista Argentino. Sin lugar a dudas esos fueron años difíciles donde muchas veces terminó en una celda y también sin un centavo en sus bolsillos (Ya que la empresa lo castigaba sin el pago del sueldo), pero su voluntad era inquebrantable.

Uno de los episodios poco conocidos de su vida fue cuando ayudó a muchos militantes de organizaciones revolucionarias a salir clandestinamente de Chile cruzando la frontera de a pie en tiempos oscuros de nuestra historia. También lo hizo con muchos trabajadores Chilenos que por un exilio económico no tenían empleo en su patria y les proporcionó trabajo en la vecina república; también ayudó a muchos jóvenes Chilenos para que continúen sus estudios en la Argentina. Para Coñoecar el sindicato era la herramienta que podía beneficiar directamente a los obreros y de cierta manera él aplico así esa herramienta en beneficio de los obreros. Fue un pilar fundamental para la recuperación de la democracia tanto en Chile como en Argentina y eso no se debe de olvidar, la militancia la predicaba con el ejemplo.

Cuando regresó a Puerto Natales potenció el centro de jubilados de los mineros de Rio Turbio y el club de la misma institución; ayudó a conseguir que las viudas chilenas continúen cobrando pensiones de la Mina y también logró que mucha gente que no podía jubilar en la vecina república obtuviera ese beneficio.

Comenzó a trabajar con dirigentes vecinales y deportivos, en las elecciones del año 2012 logró salir electo como concejal por el Partido Comunista y desde esa vereda trabajó muy fuerte por Puerto Natales y su gente. Conviene mencionar que logró levantar a su glorioso Partido Comunista de Chile en Ultima Esperanza. Sin lugar a dudas, este hombre logró plasmar en su vida la consecuencia de la izquierda, esa que va contra viento y marea y logra llegar a buen puerto.

Hoy, es un referente para mucha gente y es reconocido por el pueblo humilde. Siempre agradeceré haberte conocido y que me hayas mostrado el camino de la consecuencia, de la ética y de la honestidad. 

Camino por las heladas calles de Puerto Natales y pienso que en un futuro cercano, alguna calle llevará tu nombre, estimado Alfonso Coñoecar.

Por: Juan Salvador Miranda Vios

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