Masiva convocatoria para Conversatorio «La Otra Historia de la Patagonia»
Masiva convocatoria tuvo el Conversatorio «La Otra Historia de la Patagonia», organizado por la Asociación de Guías Locales de Puerto Natales, en la Biblioteca Pública de la ciudad natalina, el cual contó con la participación del escritor asturiano José Alonso Marchante (Selknam genocidio y resistencia) y los créditos locales, Jorge Díaz Bustamante (Crónicas de Ultima Esperanza) y Ramón Arriagada Sepúlveda (Natalinos, ciudadanos de la Patagonia lejana).
Ramón Arriagada, también autor de «La rebelión de los Tirapiedras» se refirió al hallazgo de un expediente judicial en la ciudad de Santiago, donde queda reflejado el proceso que se realizó en contra de 29 detenidos que fueron trasladados a la ciudad de Punta Arenas, en el navío de la Armada«Alfonso», acusados de participar en los eventos del 23 de enero de 1919.
El autor, reflexionó, que de no producirse este hallazgo del mencionado expediente, prácticamente «La rebelión de los Tirapiedras »como libro no hubiera existido. Por otro lado, manifestó que el único abogado que defendió a los 29 detenidos natalinos que pasaron 4 años bajo prisión, fue el abogado y poeta Julio Munizaga Ossandon, cercano a la poetisa Gabriela Mistral. Arriagada, afirmó, en la misma materia, que no existe ninguna calle que lleve su nombre ni en Natales ni Punta Arenas.
Lo que nos lleva a tomar posición respecto de otro tema que atraviesa, por que no decirlo también a la escritura de Alonso Marchante, y dice relación con los sujetos que se eligen para abordar determinados procesos históricos, en este caso «las tribus bárbaras e incivilizadas» que habitaban estos parajes y que fueron objeto de la conquista militar primero y más tarde, llevados a la asimilación cultural forzada por parte de los bien intencionados salesianos. Nótese que respecto del autor Arriagada, cuyo sujeto de aproximación sería el obrero chilote y analfabeto (chilote es un termino polisémico) de la década del 20 y 30 del siglo XX, que se entregó a la Socíedad Explotadora de Tierra del Fuego, la cual poseía cientos de miles de hectáreas bajo su administración, tiene una conexión y un hilo conductor con el asturiano Alonso Marchante, por cuanto fundamentalmente el poblamiento y producción de estos territorios, se basó en la mano de obra chilota, o sea, de raíz indígena. El asunto indígena.
*Ramón Arriagada y Jorge Díaz Bustamante
Para el final, de estas breves pinceladas, dos consideraciones. La primera dice relación con la Utopía en línea con lo planteado por el autor Díaz Bustamante, quien se refirió al libro inspirado en los indígenas australes «El descubrimiento austral por un hombre volador o el Dédalo francés» de Restif de la Bretonne, un libro de ficción y un hallazgo casual en una pequeña librería de la ciudad de Punta Arenas, que con seguridad ya no existe. Dice Díaz Bustamante, en relacion al argumento de la obra, que «Los exploradores habían llegado a la Megapatagonia. A su arribo el pueblo acude a recibirlos, para ofrecerles hospedaje y todo lo que necesitaran, gesto hecho sin ostentación sino con el corazón abierto Los hombres voladores encuentran en los megapatagones una nación civilizada, desarrollada en los vastos conocimientos de la ciencia, del arte y la filosofía. La base de todos sus principios es el orden y la igualdad. Su ley fundamental en pocas palabras es:
1.- Se justo con tus hermanos; es decir no exijas nada, no le hagas nada que tu no quieres que te hagan a ti mismo 2.- Se justo con los animales, lo mismo que tú quisieras que fueran contigo los animales superiores al hombre 3.- Somos iguales entre iguales 4.- Cada cual debe trabajar por el bien general, y 5.- Cada cual debe participar en el bienestar general
Los megapatagones sostienen que los pueblos no necesitan más que estas leyes. Quienes no lo creen así, son opresores o esclavos, que estarán dispuestos a legitimar, la injusticia, la desigualdad y la tiranía de algunos de sus miembros sobre la comunidad». Consultar aquí http://milodoncitychachacha.blogspot.com/2017/04/la-utopia-y-el-descubrimiento-austral.html
Luego, necesariamente llegamos al libro «La jaula de los onas », novela de Carlos Gamerro y que el autor Díaz Bustamante analiza del siguiente modo «Dos décadas se tomará el fueguino errante para regresar al territorio Selknam, los mismos 20 años que demorará Ulises, pero a diferencia del célebre héroe griego, cuyo valor y astucia lo hizo sobreponerse a todos los obstáculos impuestos por los dioses y que al completar su destino. El regreso a Itaca, viajará por siempre hacia la gloria e inmortalidad de sus hazañas. Kalapakte, nuestro protagonista, regresará a los territorios del olvido y la desmemoria, a la historia de un pueblo desarraigado de su propia tierra y que su destino es la lenta y definitiva extinción.
En esta portentosa novela, 476 páginas, nunca aparecen las voces de los Selknam, solo el silencio los mueve dentro de la historia. El relato está concretado en quienes los esclavizaban o por los que ofrecieron una ayuda humanitaria, que fueron los menos. Lucas Bridges intentó que el pueblo Selknam mantuviera su identidad y sobre todo su dignidad. Es también un testigo trágico de los avances de la civilización sobre los pueblos originarios.
Al frente de la novela estamos nosotros como testigos incapaces de comprender lo que significa este genocidio cometido a finales de siglo XIX e inicios del XX. Para tener una idea aproximada, Martin Gusinde estimó que antes del proceso colonizador el pueblo Selknam estaba constituido por unas 3.500 a 4.000 personas».
Por su parte, a contramano de la historia oficial que construyó a grandes prohombres colonizadores en estos vastos territorios de Tierra del Fuego, Ultima Esperanza, Magallanes y la Patagonia, Alonso Marchante nos viene a decir que «Hay un momento cuando la ganadería lanar ya no les interesa y su capital está en otro lado (los Menéndez Behety), son personajes que al menos no merecen esa exaltación que uno puede ver en Punta Arenas. Yo siempre digo que cambiar el nombre de una calle es muy fácil, la calle Valdivia en 1978 pasó a llamarse calle José Menéndez, por que Pinochet firmó un decreto, no hay que hacer nada más, es super sencillo».
«Hay que ir recuperando los nombres originarios, la toponimia originaria. Yo siempre hablo del canal Onashaga en lengua yagán, no canal Beagle, por que le pusieron el nombre del barco, pero pudieron haberle colocado el nombre de un perro o un postre británico, les daba completamente lo mismo. Hay que entender eso. Y el canal siempre se llamó Onashaga » José Luis Alonso Marchante, citas textuales, 10-01-2024, Puerto Natales.